sábado, 17 de marzo de 2018

Morir es dormir... y tal vez soñar


No soy habitual del teatro. Me acojo a la fascinación primordial que supone una representación. Trato de rescatar mis sensaciones inocentes al sentarme frente a una propuesta dramática. 

En el Teatro Guimerá asistí a la función de Tal vez soñar del autor palmero Antonio Tabares de la mano de la actriz Marta Viera, los actores Maykol Hernández y Miguel Ángel Maciel y con un montaje ideado por Mario Vega

Una obra onírica dice el autor en alguna declaración. Quizás. Pero convertir al sueño en el lugar de transito entre la vida y la muerte parece ser una constante en el pensamiento humano. La referencia shakesperiana en el título y el planteamiento argumental enlaza el sueño con la muerte inmediateamente. Pero el desarrollo de la obra seguramente nos trae, al mismo tiempo, la idea calderoniana de la vida es sueño. 

Vida, sueño y muerte sobre las tablas. Y jugar.

Nos envolvió la obra. Nos trasladó, sin perturbaciones a un paisaje (admirablemente resuelto en lo escénico) de un más allá emancipado, donde lo razonable ¿lo racional? se combina con lo sentimental ¿lo emotivo? sin que se muestren en contradicción. 

Gracias a un estado de persistente espera, se colocan los personajes (y nosotros los espectadores, no lo duden) en una situación diría que liberadora. Allí donde transitamos sin culpas pero sin deshacernos de responsabilidades, las de cuidar de aquellos a los que amamos o las de mantener la cordura en una vida (o tal vez una muerte) que recorremos en constante confusión y, también, en las inevitables pugnas entre sabidurías e ignorancias.

Una obra que merece disfrutarse. Veraz, sencilla y reflexiva. 

Gracias a Antonio por idearla, a Mario por darle cuerpo para los sentidos del espectador y a sus interpretes, especialmente a Marta, con los que te sientes involucrado hasta tal punto que deseas mantener el contacto después de dejar el teatro atrás. Quizás quedar para tomar un cortado y que te cuenten como ha ido todo. Un pequeño mensaje de texto con algún emoticono para saber que han llegado bien.

Más allá del más allá del tal vez solo un sueño.