Un retrato que te observa sin saber, sin palabras.
Ya te inventas lo que te dice, ya lo que calla.
Medusa
sorprendida su ira
boquiabierta ya
su cabeza cortada
sus bellas mejillas pálidas
traicionada
por la diosa
por su propio rostro
la mirada un acto reflejo
su sangre cae ya
en las manos del arrogante héroe
en los lacios, inertes, ofídicos cabellos
en la tierra
convertida en vívoras o pegasos
sorprendida
mujer o furia
Arnold Böcklin