domingo, 14 de marzo de 2021

Un viento deshilvanando desanudando

                                  

Irene Caballero Bruno
El anemómetro deshilvana los nudos del cordel de todos los viajes.
Desanuda sueños de arribos acumulados y calcula ábaco en mano.
Un nudo por cada una de las siete islas e islotes y peñas bordadas pero jamás por los continentes.
Un nudo por la derrota de cada componente atlántica y de las dieciséis direcciones con nombres mediterráneos y nunca los cantos de sirenas.
Dos nudos, por todos los pares de triadas chinas extendidas sobre el puente, reveladas en los caparazones de hermosas tortugas marinas que, inevitablemente, nos nublan, ominosas, el nítido futuro.
Tres nudos por las arribadas de los que sin cartas ni cuadrantes a bordo marcharon y allí se acogieron.
Cinco nudos por los refugios de los que marcharon ineluctables a la piratería y allí se ocultaron.
Ocho nudos por los bandos de roncos nombres donde emergieron revueltas en las que anhelamos alzarnos y otros murieron por ello.
Trece nudos por aquellas tierras que muestran los mapas que quedaron dibujados, a causa de los motines, sobre las espaldas fustigadas y cicatrizadas con sal.
Veintiún nudos por los ocasos territorios que, suponemos, alcanzaron aquellos esclavos que no fueron, siquiera, vendidos al mejor postor.
Treinta y cuatro nudos por …

Poema incluido en SURGE EL VIENTO.