domingo, 3 de febrero de 2013

Un regalo de Celenia Arreaza


Para guardar en mis hendiduras, un microcuento...


  Con la piel tatuada de dolor, Pinocho optó por ingresar en el baúl de los muñecos.

Celenia Arreaza                        


No sé si tendré alguna vez para devolverlo. Gracias.