miércoles, 6 de junio de 2012

Lean a Bradbury. No lo olviden, lean a Bradbury



Dinos un libro...   me preguntaron.
Recordé...
Crónicas marcianas, claro.   respondí.
Recordé porque un día decidí ser escritor.
Recordé que quizás lo consiga.
Algún día.


Me dicen que murió Ray Bradbury. Corro a los estantes. Abro los libros al azar... cada frase evoca. Cualquier párrafo es una historia. ¿Cuándo fue la última vez que leí a Bradbury? Fuera el tiempo que fuera, hace demasiado que no leo a Bradbury. 
Me dicen que murió Ray Bradbury. Si no hubiera leído "El hombre ilustrado", casi me lo creería. 


[Crónicas marcianas]
Tenían en el planeta Marte, a orillas de un mar seco, una casa de columnas de cristal.

[El vino del estío]
La mujer estaba ahora más tranquila.
— Leo, cometiste un error. Olvidaste que en algún momento, algún día; uno tendría que salir de aquí e ir a lavar platos y hacer camas. Cuando estás adentro, sí, la puesta de sol parece ser eterna, el aire huele bien, la temperatura es agradable. Todo lo que quieres que dure, dura. Pero afuera, los chicos esperan el almuerzo, las ropas necesitan botones. Y seamos francos, Leo. ¿Cuánto tiempo puedes mirar una puesta de sol? ¿Quién quiere que una puesta de sol no acabe nunca? ¿Quién desea una temperatura perfecta? ¿Quién desea que el aire huela siempre bien? Al cabo de un tiempo, ¿quién lo notará? Si la puesta de sol dura un minuto o dos, mejor. Luego, pasemos a otra cosa. La gente es así, Leo. ¿Cómo has podido olvidarlo?
— ¿Lo he olvidado?
— Las puestas de sol son hermosas porque sólo ocurren una vez y desaparecen.
— Pero, Lena, eso es triste.


[Las doradas manzanas del sol]

— Bien, ahora que eres invisible, Charlie, ¿qué vas a hacer?

[Fahrenheit 451]

Podía percibirse cómo la guerra se iba gestando aquella noche en el cielo. La manera como las nubes desaparecían y volvían a asomar, y el aspecto de las estrellas, un millón de ellas flotando entre las nubes, como los discos enemigos, y la sensación de que el cielo podía caer sobre la ciudad y convertirla en polvo, mientras la luna estallaba en fuego rojo; ésa era la sensación que producía la noche.

[El hombre ilustrado]

La luna estaba alta en el cielo. El hombre ilustrado no se movía. Yo había visto lo que había que ver. Los cuentos habían sido contados. Habían concluido.