Me siento bien en casa. Soy del tipo hogareño. Me gusta regresar y recobrar la memoria. Siento como el hogar es una suerte de organismo vivo, un meme cabezudo y egoista que únicamente prentende nacer, crecer, reproducirse y (supongo que algún día) morir.
La casa transparente nunca ha dejado de estar. Quizás otras revistas, otros sitios y otros foros públicos posean sus reglas de periodicidad, y aspiren a cumplir horarios y calendarios para sus lectores y asistentes. Eso está bien. Pero a la casa transparente le gusta ronronear.
Parece que la casa transparente no se fía mucho de algunas obligaciones. Especialmente si no son las que ella misma decide asumir. Este organismo memético pretende crear libertades amables (que se puedan amar) y parece obviar, sosegadamente insumisa, algunas reglas.
Así que tarda... lo que tarda. Está aquí. Silenciosamente
____ Fotografías de: JUAN YANES
Gwendoline Brooks da voz al silencio.
Forugh Farrokhzad: Sólo el sonido permanece Los cuadernos de La Calle de la Costa: La ciudad se rompe y se levanta, de Anelio Rodríguez Concepción