Estamos cansados. Se nos nota
irritables, intolerantes, antipáticos.
Incomprensivos ante las desdichas ajenas,
sonrisas forzadas y tanto por hacer.
Nos sabemos irritados, intolerables, ariscos.
Incomprendidos ante nuestras desdichas propias,
rompemos a susurrar maldiciones y tanto deber.
Ocultamos ocultos lagrimas autoinfligidas
y nos inoportunan los oportunistas
de los días que creen tenernos
en sus manos.
Cansados en búsqueda de una historia
que contar
y no esto.