sábado, 23 de mayo de 2020

De donde estuve III


Se tiene mucho cuidado. Dando en fijar el sitio de entrega del material, pues el transporte encarece mis pensamientos. Leo las cláusulas, como la de proporcionar. Esas son tus paredes. Podré recibir y salir de ellas con las bestias de mi alma. A lugares donde las pueda tomar de la mano. A las bestias. Ese mismo alcance tiene la obligación que contraigo. La de darme camino libre. Que cinco, que bajar paredes preparadas, que, aunque sea dos y, así, también a la inversa. Es decir, que yo cliente he de arreglar los caminos por donde transitan las bestias. Las antes mencionadas. Vamos al aserradero. Es la circunstancia de ser los fragueros. Quienes mejor conocen las cumbres boscosas de la isla.