Pasó y septiembre y yo no nos dimos por aludidos.
Medio siglo de septiembres y yo
y todo el mundo empeñado en mirarnos
el blanco de los ojos o las hojas.
¡Qué si! ¡Qué si! ¡Que me pongo a ello!
La próxima vez ya les avisaremos:
Yo de septiembre
y septiembre de mi.