Ya te inventas lo que te dice, ya lo que calla.
(Plumas y calaveras)
Tras el sueño reparador,
llegó el extravío absoluto.
Bastó con creerlo firmemente
para que ya nada de lo que pasa
ahora
sea verdadero.
La dura realidad,
no será cierta
sobre esta ensoñación
de plumas y calaveras
con que te adornaste.
La rutina imparable
no será innegable
sobre las correrías en una selva precolombina
que te inventaste.
La ausencia de amor
no se hará tangible
sobre las cálidas caricias
que sobre tu piel
te tatuaste.
Ahora esperas los besos
que en el aire
después
serán olvido.