Días de verano,
playa y cielo
a disposición.
Invento un atlántico
cálido y calmo
cocoteros y playas blancas,
exilios dorados,
piratas inocentes como peluches,
y donde los idiomas son indistintos
para pedir agua fría
y loción solar.
Y no acabo de creermelo.
Como castigo
el dios de los sueños
lanza rayos y truenos.
Las nubes se iluminan y resuenan
en el horizonte.