sábado, 31 de diciembre de 2011

Miradas miradas 14

Un retrato que te observa sin saber, sin palabras.
Ya te inventas lo que te dice, ya lo que calla.




Self Portrait in Thought
(Autoretrato pensando)

Llega el porvenir
Mañana estoy
Hoy fue
Ayer será
Otro día para lamentar mañana

Imploro por mis días
Por mis padres y mis hijas
Imploro por mis hermanas hermanos y camaradas
Imploro por la tierra y sus necios
Por los aire y sus sueños
Por los océanos y las sales que contienen
Por las bestias las raíces las hojas y las flores
Imploro por los frutos de mañana

Mientras los que atropellan el amanecer
Con sus gritos e impiedades corren
Prendiendo fuego a mis lágrimas
Y no queda más de pedir
Por los que no piden y se quedan sin remedio
Por los que dejan la mirada
Rota

Llega el porvenir
Llegará  la alegría
Junto a las lágrimas

Juliette Aristedes

sábado, 24 de diciembre de 2011

Una noche buena



les doy la voz de aviso
sobre el cielo nocturno
hay estrellas
hoy también

miren a su alrededor
durante unas horas
mantengan el equilibrio
mientras sean capaces

(la felicidad es lo que tiene)

recuerden
mañana podría ser otro día

martes, 20 de diciembre de 2011

sábado, 17 de diciembre de 2011

Tiempos corrientes



en la revuelta
abatido en la costa
como náufrago

en la playa
agua arena y aire
superviviente



miércoles, 7 de diciembre de 2011

La Gordejuela



La máquina funcionó en su interior. Ahora vigila los tiempos que el océano le alcanza. Gigante sobre las rocas, rememora los días de antaño, cuando ascendía las aguas del fondo de la tierra hasta las alturas, donde perderlas sobre los cultivos, en el esfuerzo del fuego y el vapor. 
Ahora, en ruinas, espanta demonios en el horizonte. La vereda rota, las paredes hendidas, los escalones romos, las ventanas soportan grietas en lugar de cristal, las puertas baldías, los pisos hipotéticos y en el techo el cielo. 
En la noche las olas roncan, muestran sus colmillos amenazantes y, como perros negros, tratan de atemorizarlo. La Luna lo ilumina desde el perfil de los fantasmas sin lograr espantar su deterioro y su fortaleza. Los ahogados de las costas se cobijan bajo su sombra y olvidan. Aún hoy los asustadizos vecinos nos alongamos a los puentes cercanos, los días de cielos oscuros, para sentir la voluntad de no caer y desaparecer para siempre, sin que nadie sea capaz.
Así en la Tierra y el agua, como en la Gordejuela.