sábado, 18 de julio de 2009

Cuatro de julio IV



Días de verano,
playa y cielo
a disposición.

Invento un atlántico
cálido y calmo
cocoteros y playas blancas,
exilios dorados,
piratas inocentes como peluches,
y donde los idiomas son indistintos
para pedir agua fría
y loción solar.

Y no acabo de creermelo.

Como castigo
el dios de los sueños
lanza rayos y truenos.
Las nubes se iluminan y resuenan
en el horizonte.

jueves, 16 de julio de 2009

Cuatro de julio III



Tanta agüita
verla correr
toda junta a reventar de tanta

saltar

gritar como loca
golpearse contra el suelo
subir en lluvia
y mojarte hasta empapar

y sonreir como un niño

miércoles, 15 de julio de 2009

Cuatro de julio II


Me dijeron que lo vería sobre la acera. Un espectáculo para todo el que pasara. Media hora antes llegamos y ya estaban esperando. Entonces, ya estábamos. Cada vez más apretados. Gentes queriendo mirar sobre hombros y cabezas. Conteniendo la respiración. Se abordaron y proclamaron la era del show. Mostramos nuestras caras asombradas y nuestras más simples sonrisas ante sus fuegos de artificio.

viernes, 10 de julio de 2009

Cuatro de julio I


Me dijeron que se reunían a ver fuegos artificiales. Ocuparon azoteas, aceras y plazas. Al muelle no llegué. Había mucha gente. Esperé observándolos. Cuántas razas extrañas, cuántas actitudes, vestimentas y lenguas, cuántos distintos en todas esas calles y avenidas. Pero yo era el ajeno y comprobé que, en efecto, cuando vieron su noche iluminada por la pólvora, gritaron como en las fiestas de mi calle. Latidos simples y comunes, luces y estampidos en la capital del mundo. Como en mi pueblo.