sábado, 30 de mayo de 2009

Citaciones de remate 01: Jorge Riechmann

Dar con palabras que titilan. Buscar representaciones para soslayar un perentorio comentario. Una suerte de recursividad.

Encontrado:


Nos hemos vuelto menos confiados
Miramos más hacia dentro que hacia fuera



En Poesía desabrigada de Jorge Riechmann.

Replica de recibo:

domingo, 24 de mayo de 2009

Sin complejos

¿Quién dices que eres?


Uno es lo que es. Y, a veces, algunas, muchas, ni eso.

Uno es donde nació y el nombre y los apellidos que le (im)pusieron. Uno es también el nombre que hubiera querido tener y el alias.

Uno es sus primeros pañales y será su mortaja (y ninguna las elegimos).

Uno es su clase social, sus miedos y sus valentías. Por eso, también eres la ficha del equipo de futbol donde jugaste un par de años. Tu sueldo y tu cuenta corriente... aunque no los tengas, o confieces no tenerlos. Tus peleas y tus luchas.

Si, uno es, también, lo que estudia, lo que no logra estudiar, lo que dice que estudia y no ha estudiado nunca, lo que estudiastes y nunca confesarás haber estudiado. Uno es sus trabajos, los remunerados y los que la vida te estafó. Tu teoría y tu práctica.

Uno es los ojos de la novia de la escuela, las risotadas de los amigotes de adolescencia y los gestos de las compañeras y compañeros antipáticos del primer trabajo. Uno es lo que no le cuentas al espejo y lo que todo el mundo acabó sabiendo de ti sin que pudieras evitarlo.

Uno es de carne y hueso. Tus dolencias. Tus hambres o tus ganas de comer. Te enamoras y te separas de tu amor y eres las dos veces o las treinta... Crías cuervos, hijos, poemas y frustraciones. Y te dices que eso es lo que más eres.

Haces y por tanto eres. Piensas y por tanto eres (ya saben que los cartesianos en algún momento tenemos que pasar por aquí).

¿Qué digo cuando digo quién soy?

Digo ser lo que alcanza mi nariz o mi miopía o mis luces. Si lo digo, lo digo sin complejos. Quizás lo diga para impresionar, para dar pena o para marcar territorios o para dar un palmadita cariñosa o para engañarme a mi mismo. Tendré razones peregrinas o fundamentales, falsas o sinceras.

No tengo complejos.

Quizás a quien le digo ser lo que soy, no le interesa ni lo que soy, ni lo que digo ser. Supongo que, como hacemos los humanos, sólo intenta encontrar al otro que le gustaría encontrar pero que, irremediablemente, no soy yo. Si realmente le interesa, tendrá que tomar lo que digo ser y decidir si lo soy. ¡Hay que tener mucha suerte para conseguirlo!

Me gusta este juego de azar. Es el gran afán de la vida en común.

¿Complejillos? No, gracias.

sábado, 23 de mayo de 2009

Prohibidos

Leo por ahí: Prohibido besarse

El afán regulador de gobiernos y organismos diversos supera muchas veces lo razonable. Hace algunas semanas fue estrenada en una localidad del Reino Unido cercana a Manchester la prohibición de besarse en los andenes del tren.
Al parecer tal costumbre alteraba el correcto funcionamiento del servicio, ya que colapsaba la normal circulación de viajeros.





Los obedientes somos así.
Nos movemos bien rodeando
las cintas amarillas amarradas a las columnas,
andamos el camino extra
y no cruzamos por el hueco entre la valla y la pared,
esperamos ante la mirada absorta del funcionario
que no nos ve
y siempre volvemos más tarde.

Los obedientes
miramos fascinados
(claro que también temerosos)
a los díscolos
a los rebeldes
sabiendo que o cambiarán las cosas
para nosotros...
… o tendremos nuevas prohibiciones.

Y así sobrevivimos...

ahora que... ¿sin besarnos?

martes, 19 de mayo de 2009

Piedritas en la ventana

Muchos aprendimos de Mario Benedetti tantas cosas. Para algunos nos fue tan importante (como las abuelas o el primer beso) que tuvimos que hacer el ejercicio de olvidarlo... cosa que nunca conseguimos.

Lo único que me consuela hoy, es que el poeta consigió que los poetas sean considerados (tanto como los fontaneros o los herreros o los oficinista o las amantes que fueron). Y decimos:
qué gran trabajador,
qué gran obrero,
qué gran poeta...
cuánta verdad me dice,
cuánta verdad me da.




De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero hoy me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en su escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas

quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos

está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca

está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana.


Mario Benedetti (1920-2009)

jueves, 7 de mayo de 2009

Cerebros



El cerébro de uno (como diría un paisano) es como un personaje con su propia vida. Está en algun lugar por encima de mis cejas y me habla en muchas ocasiones cual personaje. Es la sensación de pensar yo al margen de mi cerébro. Paradojas. A veces tienes ganas de preguntar: ¿Hay alguien ahí (dentro)? Pero temes oir la respuesta: Eh... si. ¿Quieres algo?

Se me ocurren muchas manera de reconocerme en mis pesamientos, incluida la primaria reacción de mirarme en un espejo. Descubrimos que el téjido blando no se ve desde aquí afuera. Y te quedas con la duda, de nuevo, sobre la (propia) existencia arriba-adentro de algún inquilino más o menos moroso.

Sé que esta íntimidad da para una visita al médico especialista... pero la gripe, los dolores de espalda, la tensión o el colesterol siempre aparecen como algo mucho más urgente que sensaciones tan psicóticas como las descritas antes.

Además, parece ser un tipo sensato y no suele quejarse de mis tonterías.

El cerebro más antiguo del mundo

domingo, 3 de mayo de 2009

Miradas miradas 04

Un retrato que te observa sin saber, sin palabras.
Ya te inventas lo que te dice, ya lo que calla.




Medusa

sorprendida su ira
     boquiabierta ya
     su cabeza cortada
     sus bellas mejillas pálidas

traicionada
     por la diosa
     por su propio rostro
     la mirada un acto reflejo

su sangre cae ya
en las manos del arrogante héroe
en los lacios, inertes, ofídicos cabellos
en la tierra
convertida en vívoras o pegasos

sorprendida
     mujer o furia


Arnold Böcklin

viernes, 1 de mayo de 2009

La nueva casa (transparente)

Mi habitación de niño tenía el techo pintado por mi abuelo: Un cielo azul celeste enmarcado por ramas, hojas, flores y pájaros volando. Estoy acostumbrado, desde pequeñito, a "ver a través de...".

Dani, Ernesto y un servidor hemos puesto en pie una nueva casa. Autoconstrucción, sin licencia y con la ayuda de amigas y amigos. Esperamos que les apetezca pasarse por allí a tomarse un cortadito (el concepto) y ver alguna de esas cosas que ensamblamos en común con piezas propias y prestadas.

www.lacasatransparente.net